El sector marítimo está experimentando un cambio significativo hacia el uso de combustibles alternativos, con un aumento del 50% en los pedidos de buques propulsados por combustibles más limpios en 2024. Este incremento refleja el impulso del sector por reducir su huella de carbono y cumplir con las metas internacionales de descarbonización.
Entre las opciones de combustible, el GNL (gas natural licuado) y el metanol son los protagonistas.
Si bien en 2023 el metanol superó al GNL como la opción preferida, en 2024, el GNL ha recuperado su lugar dominante, con más del 55% de los pedidos totales de capacidad, según un informe de Alphaliner. Esta preferencia se debe en parte a la mayor disponibilidad de infraestructuras para GNL y la percepción de que, a corto plazo, es una opción más viable y accesible.
La adopción del GNL está impulsada por su capacidad para reducir las emisiones de carbono de manera inmediata, y la flota mundial de buques impulsados por GNL ha crecido rápidamente, superando ya los 500 buques en operación. Además, se espera que esta cifra siga aumentando, lo que confirma la tendencia a largo plazo hacia combustibles más limpios.
Por otro lado, el metanol, que fue el combustible alternativo favorito en 2023, aún mantiene una presencia sólida, con nuevas órdenes de construcción para buques que lo utilizan, especialmente en el segmento de portacontenedores. Sin embargo, enfrenta desafíos relacionados con la producción y disponibilidad de metanol verde, lo que ha llevado a que algunas navieras reconsideren sus estrategias a corto plazo.
El aumento de pedidos de buques con combustibles alternativos no se limita a GNL y metanol. Amonia y otros combustibles sostenibles también están comenzando a ganar tracción, marcando un punto clave en la transformación energética del transporte marítimo. Estos desarrollos subrayan la importancia de continuar invirtiendo en infraestructura y tecnología para facilitar una transición eficiente hacia combustibles más ecológicos.
Con el aumento de la presión regulatoria y la demanda de consumidores conscientes del medio ambiente, es probable que el sector marítimo vea una diversificación aún mayor de sus fuentes de combustible en los próximos años, con el GNL y el metanol a la cabeza de esta revolución energética.